Historia
El canario que actualmente conocemos proviene en sus orígenes de pájaros silvestres oriundos de las Islas Madeira y Canarias, de ahí su denominación de Canarios.
Fueron los conquistadores españoles los que primero trajeron esos pájaros, con plumas de colores verdes, amarillas, negras y marrones, a la península Ibérica en el siglo XV. En un principio, fueron monjes los que se especializaron en el arte de la "Canaricultura" y comenzaron a criarlos y a educar su melodioso canto. Pronto, surgió la comercilización de los canarios que eran muy apreciados entre los señores de las más alta aristocracia, y su expansión por todo el mundo fue imparable desde ese momento.
Desde España, los canarios se distribuyeron por los distintos lugares de Europa; fue entonces cuando comenzaron a diversificarse las distintas razas de canarios, cada una, oriunda de un lugar distinto. Primero llegaron a Italia, gracias al hundimiento de un barco de bandera española cerca de las costas de Venecia, el cual transportaba multitud de estas aves. A continuación se produjo la expansión hacia el Norte, concretamente a Alemania. Fue, allí, en las cordilleras del "Harc" donde comenzó a criarse una de las razas de canarios de canto más conocidas, el Harzer.
Los canarios también "conquistaron" el Nuevo Continente, hacia donde se efectuaron grandes exportaciones de ejemplares, sobre todo alrededor de la segunda mitad del siglo XVI. También a mediados del mismo siglo el canario se introdujo en Inglaterra, en cuya zona de Norwich se consiguió la raza de canarios conocidas con el mismo nombre.
Un poco más tarde, en el siglo XVII, el canario llegó a Francia. El canario se extendió por toda la tierra, alegrando a todos los que escuchaban su melodioso canto y dejando fascinados a todos los que veían sus vivos plumajes de colores.
A España le cabe el orgullo de que un pájaro genuino de su territorio haya alcanzado semejante propagación, junto con la admiración mundial, lo que la sitúa a la cabeza de la canaricultura en la Tierra.
Descripción de la Especie
El canario tiene aproximadamente una longitud media de unos 16 centímetros. Posee un pico cónico y más bien corto, sin llamar demasiado la atención. El color de las plumas que recorren todo su cuerpo varia desde el amarillo, pasando por el verdoso hasta el gris.
El plumaje
Las plumas del canario, como la de todas las aves y los pelos y uñas de los mamíferos, está compuesta de queratina, que la hace resistente e impermeable. Las plumas están divididas, principalmente, en dos partes bien diferenciadas: la primera de ellas es la varilla central o eje; y la segunda parte son las barbas o flecos, que están distribuidas por toda la varilla central. La multitud de colores que adoptan las plumas se deben a los pigmentos lipocromos y melánicos, y a los diferentes efectos ópticos producidos por la luz. El canario posee tres tipos distintos de plumas, cada uno de ellos con una misión distinta:
Coberteras: Recubren la mayor parte del cuerpo, aislando al ave de las condiciones externas.
Remeras: Se encuentran insertadas en las alas y ofrecen resistencia al aire durante el vuelo. A su vez las plumas remeras se dividen en : Remeras propiamente dichas, largas y estrechas; y coberteras alares, cortas y anchas.
Timoneras: Se encuentran insertas en la parte de posterior del canario, que las usa de timón, para dirigir el vuelo, cuando se encuentra en el aire.